Alana Reey

Esta historia tiene lugar en el otoño de 1743 en París, Francia. Todos los personajes son de la nobleza, por lo tanto, la etiqueta social de la época, la vestimenta, los modales y las actividades proporcionan el telón de fondo de la historia. Saint-Germain es un vampiro simpático, pero el lector no se revela de golpe es paulatino. Sus manías disimulan  los indicios de que es un vampiro, por lo que nadie cuestiona Saint-Germain por aquellas manías y pasa desapercibido.
 Madelaine una joven  encantadora de buena educación y carácter es una mujer adelantada a su época, por lo que tendrá diferencias con su familia. Ella  conoce a Saint-Germain y comparte mucho de sus deseos se siente comprendida.
 Saint-Germain le se declaró a Madelaine que es un vampiro. La reacción de Madelaine es tranquilo ante tan extraña situación. En esta parte me hizo reír  y tuve que leerlo dos veces para asegurarme que comprendí todo. A medida que la relación entre Saint-Germain y Madelaine progresa, van saliendo a la luz aquellos misterios que una vez estuvieron bien ocultos.

 El libro se mueve con bastante rapidez, y Yarbro explica el vampirismo como las leyendas y la historia los cuenta y no como la ficción que conocemos ahora.  En general me gustó mucho este libro y tiene un poco de amor, misterio y suspenso. Los personajes principales son muy simpático y agradables.